Transitar por un proceso de duelo no es sencillo. Es doloroso, complejo y en muchas ocasiones la persona que lo vive no sabe cómo expresar lo que siente. Tampoco suele tener claridad sobre cómo reaccionar ante los comentarios de quienes la rodean, que generalmente buscan consolar o acompañar, aunque a veces sin saber muy bien cómo hacerlo. Por otro lado, para familiares, amistades o colegas, puede ser difícil encontrar las palabras adecuadas: no se quiere herir, pero tampoco se quiere guardar silencio y parecer indiferente. Incluso, en el intento de ayudar, es común comprometerse con promesas difíciles de cumplir o dar consejos poco útiles. Por ello, aquí encontrarás algunas pautas para acompañar de forma respetuosa a alguien que atraviesa un duelo.
- : Reconocer que no hay una forma “correcta” o “incorrecta” de vivir el duelo. Está bien sentir tristeza, enojo, confusión o incluso alivio. Todas son reacciones naturales. Ejemplo: “*Lo que sientes es válido, está bien sentirte así.*”
- : Más que dar consejos, escuchar y acompañar, incluso en silencio, puede ser muy valioso. Ejemplo: “*Estoy aquí para ti, si quieres hablar o simplemente estar en silencio.*”
- : Evita el clásico “¿cómo estás?” (puede ser muy abrumador). Mejor enfócate en lo cotidiano: Ejemplo: “*¿Cómo te has sentido hoy?*” o “*¿Cómo te está yendo esta semana?*”
- : El duelo no tiene un tiempo “correcto” para terminar. Cada persona avanza a su propio ritmo, y las emociones pueden subir y bajar como en una montaña rusa.
- : Recordar amablemente la importancia de atender necesidades básicas: dormir, comer y descansar. Ejemplo: “*Recuerda cuidar de ti, aunque sea poco a poco. Tu cuerpo también necesita energía para este proceso.*”
- : Nombrar a la persona fallecida ayuda a la persona en duelo a sentir que su ser querido es recordado. Ejemplo: “*Sé que [nombre] era muy importante para ti. ¿Quieres contarme algo que te gustaba de él / ella?*”
- : Evita ofrecer un apoyo demasiado amplio (“para lo que necesites”). Mejor propone algo específico. Ejemplo: “*Si quieres, puedo acompañarte a hacer ese trámite” o “Puedo traerte comida un día de esta semana.*”
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- : Frases como “*Ya pasó, supéralo*” o “*Tienes que ser fuerte*” invalidan las emociones y presionan para “*acelerar*” el duelo.
- : Evita poner tu experiencia o la de otras personas como parámetro. Ejemplo de lo que NO ayuda: “*Yo también perdí a alguien y ya lo superé*” o “*Hay gente que la está pasando peor que tú.*”
- : A menos que la persona busque ese consuelo, evita frases como “*Era la voluntad de Dios*” o “*Está en un lugar mejor*”, pues pueden resultar dolorosas.
- : Fingir que no pasó nada, o evitar mencionar a la persona fallecida, puede hacer sentir aislamiento o incomprensión.
Jesyca Díaz García, Psicóloga por la UNAM. Mtra. en Ciencias de la Educación Familiar.
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